EL PESO DE LAS EXPECTATIVAS

En diciembre de 2023, Javier Milei llegó al poder en Argentina, desatando una ola de esperanza y controversia. Ahora, tras un inicio prometedor, enfrenta desafíos económicos que ponen a prueba su capacidad para cumplir las expectativas del país.  ¿Podrá el presidente cumplir con las promesas que encendieron la llama de esperanza en un país cansado de promesas incumplidas? 

Opinión - Por Martina Zurita
21 de Julio de 2024

La noche del 19 de noviembre de 2023, Javier Milei resultó electo presidente. La nación argentina estaba impregnada de una energía palpable. Su triunfo había generado una mezcla de emociones que atravesaban cada rincón del país, reflejando la ansiedad y la anticipación por lo que vendría.

En los cafés y en los bares, los clientes debatían intensamente sobre el nuevo presidente. Muchos lo apoyaban con entusiasmo, seguros de que al fin había llegado alguien dispuesto a romper el ciclo de decadencia. Las conversaciones reflejaban una esperanza colectiva de que el tan esperado cambio verdadero había llegado. Las familias, reunidas alrededor de la mesa, experimentaban una mezcla de ansiedad e intriga. Mientras unos simpatizaban con la retórica de la motosierra y evocaban la nostalgia de tiempos autoritarios, otros se mostraban más cautos e incómodos con el tono agresivo. Pero incluso en ellos se percibía un leve destello de esperanza, una chispa que sugería que, quizás esta vez, las cosas podrían ser diferentes.

En todos estos intercambios, había un denominador común: la expectativa. Aunque expresada de diferentes maneras, esa sensación de que algo sin precedentes estaba por ocurrir unía a la gente. Las promesas de cambio encendieron una llama de esperanza en un país que llevaba mucho tiempo en penumbra. Las expectativas eran altas y el margen de error, pequeño.

A este primer periodo de gracia que gozan los presidentes recién electos, donde cuentan con una alta legitimidad y un grado de aprobación pública elevado se le conoce como “luna de miel”. Esto se vuelve palpable en las frases que se escuchaban en muchas de las conversaciones durante los primeros meses de gestión del nuevo presidente: “hay que dejarlo gobernar”. Es común en estos momentos que la ciudadanía se encuentre más receptiva y paciente, y al mismo tiempo, que las fuerzas opositoras opten por un silencio estratégico.

La duración de la luna de miel dependerá de diversos factores, aunque en general se habla de los primeros 100 días. Sin embargo, el informe de Aprobación Presidencial de Pulsar UBA de abril de 2024 revela que este periodo está disminuyendo para los presidentes latinoamericanos y que el nivel de aprobación inicial ya no tiene valores cercanos al 70% cuando comienzan su mandato como sucedía en los gobiernos precedentes. Además, los presidentes outsiders, como es el caso de Milei, enfrentan mayores dificultades que los políticos tradicionales para aumentar o mantener sus niveles iniciales de apoyo popular.

De todos modos, podría decirse que el periodo de gracia de Javier Milei resultó relativamente extenso. Si bien el presidente inició su mandato con un nivel de aprobación relativamente bajo (55%) en comparación a Mauricio Macri (70%) pero similar al de Alberto Fernandez (54%), supo mantenerlo relativamente estable durante los primeros 6 meses de gestión. Esto estuvo acompañado de un elevado nivel de optimismo debido a la expectativa de una reducción de la inflación, que fue respaldado por la tendencia a la baja durante los primeros meses del año.

“los presidentes outsiders, como es el caso de Milei, enfrentan mayores dificultades que los políticos tradicionales para aumentar o mantener sus niveles iniciales de apoyo popular”

No obstante, tras el período inicial de luna de miel, el gobierno de Milei ha logrado algunos aciertos, como la desaceleración de la inflación, pero ha enfrentado serias dificultades, especialmente a la hora de cambiar el régimen monetario y eliminar el cepo cambiario. Aunque la inflación ha disminuido, no ha alcanzado niveles comparables a otros países de la región.

La necesidad de proteger las reservas internacionales, en niveles críticos, ha impedido eliminar el cepo. A pesar de buscar financiamiento del FMI, aún no lo ha concretado. La economía argentina sigue enfrentando precios elevados y una recesión con una caída del PIB estimada en un 3.5% para 2024. Las medidas de austeridad y la reducción de subsidios han complicado la implementación de reformas fiscales y la reducción de la carga impositiva.

En materia de reforma laboral, la Ley Bases incluyó propuestas significativas para flexibilizar las condiciones de empleo y ajustar la indemnización por despido. Aunque estas reformas son importantes, su éxito no será inmediato y dependen del crecimiento económico para ser efectivas. Además, en algunos aspectos, como la concesión a los sindicatos, las reformas no fueron lo suficientemente profundas.

Las razones detrás de estos fracasos son diversas y dependen del análisis de cada observador. Según el senador Francisco Paoltrini de LLA, el principal obstáculo ha sido la demora en la aprobación de la Ley Bases, la cual era esencial para generar un impacto favorable. Para otros, sin embargo, el problema radica en la falta de ideas y la incapacidad de Milei para negociar y manejarse en el ámbito político.

Parece que la ciudadanía empieza a notar estos desaciertos. El relevamiento de junio del Índice de Irascibilidad Social (IDI) registró un valor de -0,04, evidenciando un deterioro en el humor de la Opinión Pública hacia la gestión gubernamental por primera vez desde su inicio en marzo. En comparación, el IDI de mayo fue de -0,03, lo que indica una tendencia negativa en la percepción pública.

A pesar de un comienzo prometedor, con una percepción de disminución de la inflación y una relativa estabilidad en sus primeros seis meses, la luna de miel de Milei muestra signos de agotamiento. Los informes recientes indican un aumento significativo en la preocupación de los argentinos sobre la situación económica, con la inquietud escalando del 5% al 11% en menos de seis meses, igualando e incluso superando a la inflación como el principal problema del país junto con el desempleo y la pobreza, según diversos estudios de opinión.

La aprobación inicial de Milei se ha visto erosionada por la dificultad para implementar reformas clave y la percepción de una falta de capacidad del gobierno para resolver los problemas económicos. Las encuestas de Analogías y Fixer reflejan una caída en la imagen positiva del presidente. La percepción de que el gobierno de Milei es "más de lo mismo" comienza a ganar terreno, y las expectativas de una mejora económica disminuyen significativamente.

“La aprobación inicial de Milei se ha visto erosionada por la dificultad para implementar reformas clave y la percepción de una falta de capacidad del gobierno para resolver los problemas económicos”

En este contexto, la pregunta inevitable es si las altas expectativas puestas en el nuevo gobierno no habrán jugado una mala pasada a la realidad. ¿Podrá el presidente cumplir con las promesas que encendieron la llama de esperanza en un país cansado de promesas incumplidas? El peso de las expectativas puede ser tanto una bendición como una carga, y solo el tiempo dirá si el gobierno libertario podrá estar a la altura de las aspiraciones de la sociedad argentina.

Mientras tanto, el papel de mesías de la Argentina que Milei abrazó con tanto fervor durante su campaña, parece ser una vestimenta que le queda cada vez más holgada, como un traje prestado que, a pesar de los ajustes, nunca termina de encajar del todo. La ilusión de un líder capaz de revertir décadas de declive se enfrenta ahora a la cruda realidad de un país que exige soluciones rápidas y efectivas, dejando en el aire la sensación de que quizás, el rol del salvador le este quedando grande.