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EL PRECIO DEL CLIENTELISMO:

CÓMO VOLVER A CONFIAR EN LA POLÍTICA SOCIAL

La asistencia del Estado a los sectores vulnerables del país es y ha sido diversa, tanto en sus formas como en sus objetivos. Debido a la noción cada vez más argentina del cortoplacismo y a la expansión del clientelismo, la opinión pública considera peyorativamente a la política social. ¿Por qué volver a confiar en ella?


Opinión - Por Mateo Parada
11 de julio, 2024

EL PANORAMA

La asistencia del Estado a los sectores vulnerables del país es y ha sido diversa, tanto en sus formas como en sus objetivos. Debido a la noción cada vez más argentina del cortoplacismo, la opinión pública considera peyorativamente a la política social. Pero, ¿es justo tal rechazo? Las raíces del mismo surgen, probablemente, tanto de la ineptitud de los dirigentes políticos como de sus ambiciones. Al mismo tiempo, muchos de estos procesos se ven adulterados por la corrupción y el clientelismo. Si esto es así, ¿por qué apoyar las intervenciones sociales del Estado, y de qué manera recuperar la confianza en esta dimensión de la política?

El contexto argentino es complejo. La espiralización cíclica de la pobreza, el bajo crecimiento económico, la alta informalidad laboral y la mala política formulan un desafío para cualquier política pública. Gracias a esta espiral, hoy hay 6.467 barrios populares que alojan a 1.124.797 familias, según el Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP). Estas familias habitan en condiciones realmente decadentes, viviendo hacinadas, sin acceso a la trama urbana, enfrentando la falta de servicios corrientes como agua, luz y gas, con gran dificultad para el acceso a la educación y la salud pública, y viviendo en muchos casos rodeados de una profunda inseguridad por la presencia del narcotráfico y el crimen organizado. La carencia también organiza otra complejidad: la carencia de Estado. Los barrios populares son lugares que suelen estar alejados de las manos estatales y que, por esto, son tierra fértil para la expansión de otras manos.  

"La carencia también organiza otra complejidad: la carencia de Estado. Los barrios populares son lugares que suelen estar alejados de las manos estatales y que, por esto, son tierra fértil para la expansión de otras manos"


Justamente, la falta de presencia estatal ha permitido la expansión del clientelismo sobre los sectores más vulnerables del país. Ciertos movimientos sociales, como el Movimiento Evita, coordinan las cooperativas de trabajo de la economía popular. Así, han ampliado sus márgenes de acción en los barrios populares frente a la ausencia estatal, y por ello cuentan con gran capacidad de lobby. Gracias a esto, los movimientos sociales han sido involucrados activamente en la percepción y distribución de transferencias monetarias de ciertas políticas sociales, como el ya caduco Potenciar Trabajo. A su vez, han sido protagonistas de serias irregularidades y discrecionalidades en la administración de los fondos: manos que tocan lo que no tienen que tocar. 

EL PRECIO DEL CLIENTELISMO

Según un informe de Fundar realizado por Schipani, Zarazaga y Forlino, en los últimos 20 años se ha aumentado sideralmente el gasto público en este tipo de políticas sociales dirigidas a trabajadores informales en cooperativas. Este aumento se pronuncia sobre todo durante el gobierno de Macri (aumento del 37,94%) y el de Alberto Fernandez (aumento del 16,26%). Tanto Carlos Pagni, periodista y autor de El Nudo, como los autores del informe han estudiado los efectos que esto puede causar. Ambos coinciden en que el aumento del gasto en este tipo de políticas orientadas al mercado informal obstaculiza cualquier intento de formalizar el mercado laboral. En este sentido, la dirigencia política ha carecido de una visión estratégica a largo plazo. Como menciona Pagni, el cortoplacismo que se impone frente a la cobertura de necesidades básicas condiciona las estrategias electorales, llevando a los distintos gobiernos a invertir en programas que en el corto plazo pueden garantizarles éxito electoral, pero en el largo plazo colaboran con el sostenimiento de la informalidad laboral. También el lobby clientelista condiciona la decisión de financiar estos programas: como afirman Del Tredici, González y Zarazaga en un paper publicado en la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP), una de las razones del macrismo para aumentar el gasto en este tipo de políticas fue contener un inminente estallido social, que de otro modo hubiera sido fogoneado por los punteros corruptos del clientelismo. Frente a estos problemas, ¿cómo confiar en que la política social es necesaria?  

EXPERIENCIAS SATISFACTORIAS

Dejando las experiencias previas de lado, es posible afirmar que han habido múltiples aciertos en materia de política social. Muchos académicos señalan que políticas como la Asignación Universal por Hijo (AUH) tienen muchos impactos positivos en términos de nivelar el punto de partida de los sectores vulnerables de la población. Además, este tipo de programas son de transferencia directa al beneficiario, por lo que suelen ser más eficientes en reducir el clientelismo y el robo a los argentinos, en especial a quienes deberían recibir dichas transferencias. Aunque también presentan ciertas dificultades, sus impactos son más bien positivos en la asistencia escolar y los cuidados sanitarios (que son parte de las condiciones que impone el programa) de los niños y niñas vulnerables. Otros aciertos han sido, por ejemplo, la introducción del RENABAP, que es el primer registro detallado sobre los barrios populares en Argentina, y que aporta datos clave para realizar mejores políticas públicas en estos sectores. A su vez, han habido proyectos de integración sociourbana ambiciosos, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires. La integración sociourbana busca mejorar las condiciones estructurales de los barrios populares para garantizar el desarrollo de sus habitantes. Este tipo de políticas son fundamentales para permitir que quienes viven en estas condiciones tan precarias puedan habitar los barrios con la mayor seguridad posible, garantizándoles acceso a servicios básicos, educación y salud. No es solo una cuestión de mera humanidad, sino que también, si se reduce la pobreza estructural, significa un beneficio para todos. Significa más trabajo, más educación y más bienestar. Los logros de uno significan, eventualmente, el logro de todos.

"No es solo una cuestión de mera humanidad, sino que también, si se reduce la pobreza estructural, significa un beneficio para todos. Significa más trabajo, más educación y más bienestar. Los logros de uno significan, eventualmente, el logro de todos"


Es necesario cambiar el enfoque con el que pensamos la política social. No toda la política social es corrupta. Es necesario implementar políticas basadas en la evidencia que permitan ser un flagelo a la pobreza, el clientelismo y la informalidad laboral. Pero esto no es suficiente. La política social es tan solo una herramienta de la política. Es una apuesta a largo plazo que solo funcionará si Argentina moderniza su economía y sus leyes laborales para fomentar el crecimiento económico y desincentivar la informalidad. A su vez, el Estado debe seguir apostando en educación y salud pública, fundamentales para el desarrollo del país. Se debe avanzar hacía políticas de integración sociourbana que permitan que las poblaciones de los barrios populares tengan mayor accesibilidad a los servicios públicos, y puedan capacitarse, estudiar y trabajar en la formalidad. En fin, para que puedan tener una vida digna y lejos de las garras de ciertos personajes que buscan quedarse con las migajas de la miseria. El camino es sinuoso, pero sin duda hay un horizonte posible de alcanzar. 


Si te interesa el tema, te dejo algunos links para que puedas investigar:

Por qué seguir apostando a la política de integración sociourbana - Fundar

Mapa de las Políticas Sociales en la Argentina 2023 - Fundar 
Comprando paz social: la distribución de planes sociales durante los gobiernos de Cristina Kirchner y Mauricio Macri - SAAP
La Asignación Universal por Hijo en Argentina y el empoderamiento de las mujeres
El Nudo - Carlos Pagni

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