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MILEI FT. DUKI

por Sofía Borzi

¿Qué pasaría si divisamos que el Trap y Milei tienen más puntos en común que diferencias? Hablemos de ideología, del trasfondo del mensaje. La música urbana del momento coincide en muchos puntos con el ideario libertario, al menos, en sus letras y puestas en escena.


Opinión
25 de agosto, 2024

Históricamente la música ha funcionado en Argentina como un canal de expresión. El tango, el folklore, el rock nacional y en los últimos años el TRAP, aparecen como espejos de las realidades y aspiraciones de sus épocas.

Actualmente el trap y la música urbana se encuentra en su apogeo. El portal Info Music realizó un ranking de los artistas más escuchados en Spotify, donde muchos traperos nacionales obtuvieron un lugar preponderante. Con 37.7 millones de oyentes mensuales Bizarrap encabeza la lista, siendo el artista argentino más escuchado, y el puesto 94° a nivel global. En total veinte artistas urbanos argentinos obtuvieron un puesto significativo en el ranking, ninguno con menos de 9 millones de oyentes mensuales.

Cabe preguntarse ¿Qué expresa el auge del TRAP en la actualidad? Los traperos, grandes exponentes del arte post-moderno, desafían los límites de lo colectivo, utilizando tonos graciosos, irónicos y hasta ridículos. Las letras suelen tornarse pesimistas, en línea con este movimiento cultural, donde el arte no refleja utopías, sino la fiel realidad, cruda y desde el llano. Es en este sentido que el TRAP se presenta como una clave para leer el descontento social de una juventud que, como postula el filósofo Ernesto Castro -autor de “El Trap: filosofía millennial para la crisis en España”-, sabe que lo tiene realmente crudo, y para la que no valen los mensajes de cambio político o regeneración moral.

“El Trap se presenta como una clave para leer el descontento social de una juventud que sabe que lo tiene realmente crudo, y para la que no valen los mensajes de cambio político o regeneración moral”

¿Es el trap la expresión cultural de una generación que vive su periodo de juventud en un estado de apatía política y social? Carlos Barral, poeta y político español, en su nota “Trap: la banda sonora de la generación del desencanto” dirá que sí.

En línea con esta idea, en el marco del proyecto FLACSO “Las juventudes argentinas hoy”, investigadores realizaron exhaustivas entrevistas a jóvenes del país para ver sus opiniones de la política actual. El estudio concluyó que los jóvenes efectivamente suelen ser vistos como apáticos y desconectados de la política, manifestando cierta desconfianza hacia el sistema político y sus referentes actuales.

Si esta apatía socio-política es lo que siente la juventud y una de las maneras de expresarlo aparece en el TRAP ¿Cuál es el por qué de este sentir? En las encuestas realizadas por el mencionado estudio FLACSO salió a la vista una común sensación entre los jóvenes de desmotivación respecto a la situación actual del país, y una falta de perspectiva sobre su futuro. Los miedos surgen al encontrar trabas en su desarrollo profesional, dificultad al intentar acceder a una vivienda propia, y por el aumento continuo de la inflación. En términos concretos, el 44 % de los jóvenes afirmaron que su estado de ánimo respecto al futuro es de incertidumbre.

La mayoría de los exponentes del trap se encuentran en el rango etario de los encuestados (16-29 años). Son jóvenes que nacieron en la era post-crisis 2001. Su música refleja la experiencia de crecer inmersos en una crisis económica que no es vista como una interrupción, sino como parte integral de sus vidas. Para esta generación, la sensación de crisis constante es algo familiar. En el TRAP, la juventud se alza como la voz que habla de su propia realidad.

“Su música refleja la experiencia de crecer inmersos en una crisis económica que no es vista como una interrupción, sino como parte integral de sus vidas. La sensación de crisis constante es algo familiar. En el trap, la juventud se alza como la voz que habla de su propia realidad”

El percibirse en un presente continuo sin perspectiva de futuro genera una ansiedad por el consumo y el disfrute, dos tópicos característicos en las letras de estos artistas. Los traperos pueden ser entendidos como la expresión de esta sensación de no-futuro. Frente a esto, se buscan vías de escape que generen placer inmediato. Las letras hablan de drogas, mujeres y dinero.

No tengo problema en irme con ella si tiene anestesia y sabe cocinar / Vivo like boss / Toy´ cocinando Holly con tu hoe / Vivo volando, parezco un avión / Fumando un blunt antes del show / Pida lo que quiera yo se lo doy / No espero a nadie my time is gold. (Like boss Remix de Frijo ft Duki, Akapellah, Moonkey, Polima Westcoast, Santoz, Zanto, producida por Bizarrap).

Es en este panorama que los jóvenes intentan salir adelante. Pero la ven difícil. Ante la falta de respuestas por parte de la política tradicional, los encuestados en el proyecto FLACSO afirman ver en Milei un outsider que les habla de sus problemas y postula posibles soluciones.

Así, Milei y el trap pueden ser entendidos como resultados de un mismo proceso: la proliferación de una generación sin contención social que ve su futuro incierto. Y que ve la solución en clave individual, no colectiva. En tanto ambos surgen insertos en un mismo fenómeno, convergen en puntos clave: idearios individualistas y meritocráticos, que remarcan la importancia de ser astuto.

Desde el trap se postula una posibilidad de éxito al alcance de todos. Solo se necesita una consola y un teléfono celular. Se apuesta por una actitud “DIY” (Do It Yourself o hazlo tú mismo). De esta manera, la posibilidad de alcanzar el dinero y la fama depende de cada uno. Los traperos, incluso nacidos en barrios precarios, se distancian de la idea de un individuo que necesita asistencia por parte del Estado. Tal como postulan las sociólogas Bravo y Greco en su trabajo “La elaboración de identidades mundializadas a través del trap”, los traperos encarnan un individuo activo en pos de sus objetivos que busca salvarse a sí mismo.

La receta de los libertarios se torna muy similar: teléfono celular y conocimiento en bitcoins. Solo hace falta realizar inversiones acertadas para multiplicar el dinero. El trapero (en sus letras) y el libertario (en sus cursos de finanzas online) se postulan a sí mismos como bosses, encarnando el prototipo del empresario-emprendedor que logra capitalizar su talento.

“El trapero (en sus letras) y el libertario (en sus cursos de finanzas online) se postulan a sí mismos como bosses, encarnando el prototípico del empresario-emprendedor que logra capitalizar su talento”

La juventud expresa necesitar una solución frente a la sensación de incertidumbre constante. Habiendo perdido la fe en la política tradicional, tanto el TRAP como Milei parecen proponer respuestas que, al menos en ellos, resuenan. 


*Sofia es estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires y de Periodismo y Comunicación en la Universidad del Sur de Buenos Aires. Le interesa la teoría política y crítica, el análisis de las relaciones de poder en la sociedad y la comunicación política. Le gusta viajar, la música, y leer.

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