¿Y A MÍ QUÉ ME IMPORTAN LOS INDIOS?
Desde las relaciones interpersonales que se piensan en los vídeos de Influencers con los consejos del tipo "10 cosas que debería tener tu pareja ideal". ̈Parecería ser que el vínculo con un otro no es más que otro objeto de consumo. Quedan rezagados entonces conceptos tales como reciprocidad y comunidad.
Opinión - Por Martina Cafaro
11 de julio, 2024
Hace ya unos años vengo charlando con muchas personas acerca de la lógica mercantil en que la vivimos hoy, y quizá piensen, bue… otra zurda progre, pero es más bien una duda personal de por qué todo es potencialmente un producto de compra y venta. Desde el propio trabajo, que exige ser una experiencia en sí misma de consumo, hasta las relaciones interpersonales donde emergen ideas como ¨mercado del amor¨. Parecería ser que los vínculos no son más que otro objeto de consumo ya que uno oferta y otro demanda. Quedan rezagados entonces conceptos como reciprocidad, comunidad, esfuerzos mancomunados. Hoy tomo este espacio para contarles un poco sobre un libro que leí y me hizo pensar por fuera de esa lógica: Los Comentarios Reales de Inca Garcilaso de la Vega. Inca Garcilaso (IG), fue un mestizo, hijo de un español y una india, que escribe dentro del debate colonial en el siglo XVI en defensa a las propias instituciones incaicas. Es de las pocas fuentes escritas en primera mano por un indio que tenemos hoy para pensar las instituciones incaicas y su filosofía política. Entonces yendo al punto ¿Qué importa un libro de un inca del siglo XVI que conocen algunos pocos?
"Parecería ser que los vínculos no son más que otro objeto de consumo ya que uno oferta y otro demanda. Quedan rezagados entonces conceptos como reciprocidad, comunidad, esfuerzos mancomunados"
Dentro de la organización comunitaria andina hay formas específicas de lazos, como son la redistribución y la reciprocidad. La redistribución implica que un foco central (el Estado hoy) agrupa todos los recursos de las partes que colaboran a la misma. En las comunidades incaicas la redistribución se guía por las lógicas de reciprocidad asimétrica. Esto es un modo específico de integración social y económica donde la circulación de bienes y servicios está ligado a responsabilidades mutuas compartidas, pero con diferentes jerarquías. El Inca debe seguridad, protección y alimentos a sus súbditos, y las comunidades completan el ciclo brindando su trabajo al Inca. El tributo se ajusta a las necesidades, más que a la equivalencia de cantidades, por eso se tributa trabajo y en base a las posibilidades de dar trabajo. También, la asignación de parcelas estaba trazada por las posibilidades de labrar la tierra y su capacidad productiva. Por tanto la riqueza estaba medida en capacidad de trabajo y no de acumulación de bienes. Es esta inconmensurabilidad, que pone en jaque los esquemas neoliberales, ya que el valor de uso de las cosas prevalece sobre el valor de cambio.
Un ejemplo actual, son las formas de ahorro del ayni, en algunas comunidades donde se brinda entre todos lo que uno necesitaba según el momento y no por las cantidades.
”No es que te doy una carga de papas y me vas a devolver una carga de papas. Me vas a devolver lo que yo necesite como te dí lo que tú necesitabas en el momento en el que lo necesitabas” (Gago; 2014, p. 273).
Inca Garcilaso recupera la reciprocidad como alternativa a la colonización y lo ubica en el lugar de fundamento de la articulación entre lo comunitario y lo estatal: la reciprocidad puede inscribirse en la lógica de lo estatal porque las prácticas comunitarias no desaparecen al institucionalizarse. En el siglo XXI lo encontramos en las villas de la Ciudad de Buenos Aires, y en distintas comunidades migrantes bolivianas. Y aquí podemos entrever una primera respuesta al por qué leer autores como Inca Garcilaso, ¿Hay un carácter emancipatorio en este concepto de la reciprocidad? ¿La inconmensurabilidad de lo informal pone en riesgo la mensurabilidad liberal?
Sin embargo lo comunitario encontró su funcionalidad en el neoliberalismo. Un ejemplo de esto son los talleres clandestinos textiles en la Villa 31. Hay una indistinción del trabajo y los lazos vinculares al estar conformados en su mayoría por grupos migrantes con conexiones familiares. Estos talleres se expanden luego de la crisis del 2001 como un nuevo hacer comunitario, y pasan a ser una posibilidad de “reinversión de sí” de los migrantes tomando lógicas de lo común autonómicas, pero sin despojarse de sus formas de explotación. Los talleres textiles brindan la posibilidad de autonomización porque proponen un escape de ciertas condiciones de vida a muchos migrantes, donde los jefes de talleres prometen, la mayoría de las veces, a familiares lejanos, una vida mejor. Trabajo propio, hogar, comida. Es allí que se desdibujan las líneas del trabajo pago y el trabajo por ayuda familiar. Así como ocurre con el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres que ¨lo hacen por amor¨, se reduce la paga del trabajo de los nuevos migrantes por otorgarles un techo y comida y por ser trabajo ¨familiar¨. Se los priva de la decisión propia de qué hacer con ese dinero bajo la justificación de que los patrones ¨cuidaran su dinero en un futuro¨. Lo paradójico, menciona Gago, es que el idílico de realización de muchos trabajadores textiles clandestinos, es obtener su propio taller textil y reproducir esa cadena de explotación. Otro ejemplo, pero desde lo estatal, es la asignación por parte del gobierno porteño de representantes por manzana en los barrios más precarizados. Los delegados debieran trasladar las demandas de su comunidad. Sin embargo, no hay solución real de los problemas planteados por los delegados, simplemente es una fachada de un supuesto mediador entre las poblaciones de las Villas y los funcionarios públicos porteños. Más de las veces aquellos delegados son parte del propio armado del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y otras simplemente no son escuchados.
A partir de esto, podemos evitar la lectura ingenua de pensar a lo comunitario despojado de explotación. No para descartarla, sino para entender como lo común opera dentro del neoliberalismo. Propongo traer la reciprocidad como puerta a un intento de emancipación política, entendida como la liberación de las racionalidades del puro cálculo de compra - venta. En otras palabras, la emancipación política es la existencia de la posibilidad de crear nuevas subjetividades que piensen y actúen por fuera del trazado neoliberal.
Por ejemplo, las organizaciones de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) buscan ser un intento de acordar y articular con las instituciones estatales, a través de contratos y convenios, leyes de protección a los trabajadores, etc. pero sin que aquellas instituciones determinen la lógica de trabajo de sus miembros. La comunidad crea valores e instituciones, derechos, pero no resulta capturado por el neoliberalismo sino más bien tensiona con aquel. Emerge entonces el disciplinamiento desde los de abajo hacia los de arriba como una posibilidad.
¿Podremos encontrar algún punto de fuga del pensamiento neoliberal en lecturas del siglo XVI? Esto es un mero intento de acercarles una lectura, y plantearnos un par de preguntas, no con la intención de resolverlas, sino de llenarnos de interrogantes, hasta que algo haga mella en el caos de las injusticias.
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