LAS FUERZAS DEL PUEBLO

El movimiento estudiantil transversaliza un reclamo y une generaciones, abraza lo colectivo y toca emociones. Es un palo en la rueda para el Gobierno Nacional y lo saben muy bien, en este contexto de lucha, la resistencia es un arma poderosa.

Opinión - Por Christian Ferreira, con la colaboración de Valen Martinez
6 de octubre de 2024

En el contexto político actual, las tensiones entre el gobierno y diversos sectores de la sociedad alcanzaron un punto crítico, evidenciando una clara y creciente polarización en el discurso. En este escenario, el Presidente ha calificado a la última movilización estudiantil federal como "una marcha política de chorros, corruptos y vagos" a través de un posteo en la Red Social X. Por su parte, Sandra Pettovello, desde el Ministerio de Capital Humano, arremetía contra los mismos afirmando que "no existe pobreza entre estos sectores".

Las acusaciones han desatado meses atrás preocupaciones sobre la manipulación de las movilizaciones, con denuncias por parte del gobierno de “coerción y extorsión para reunir participantes”. La firmeza del Presidente se hizo palpable meses después de asumir, advirtiendo: “el que corta, no cobra”. Esta postura se ha reflejado en el plan de la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien ha implementado un protocolo “Anti Piquetes” en respuesta a los cortes de calles provocados por la creciente tensión social, resultado de drásticos recortes presupuestarios. Las advertencias del gobierno fueron y son claras: “Si se toman las calles, habrá consecuencias”, evocando una imagen inquietante de un “sistema de esclavitud moderno”, haciendo clara referencias a las movilizaciones sociales.

La temperatura social fue en incremento hasta el pasado 2 de octubre, cuando miles de estudiantes de Universidades Nacionales se manifestaron bajo el lema “La Universidad no es el problema, es parte de la solución”. Este movimiento, que tuvo su primera aparición durante la gestión de Javier Milei, cobró protagonismo en la gran movilización del 23 de abril donde asistieron más de 800.000 personas en la Ciudad de Buenos Aires y superando el millón en todo el país, ha tomado forma como respuesta a la posible iniciativa del Presidente de vetar la Ley de financiamiento educativo. En su resistencia y lucha, el movimiento estudiantil, organizado a nivel nacional, ha colocado al gobierno contra las cuerdas, evidenciando que la defensa de la educación se ha convertido en un desafío imposible de enfrentar.

"El movimiento estudiantil, organizado a nivel nacional, ha colocado al gobierno contra las cuerdas, evidenciando que la defensa de la educación se ha convertido en un desafío imposible de enfrentar"

Este fenómeno no solo revela una confrontación ideológica, sino que también subraya una causa común que, a pesar de diferencias, ha logrado unir a estudiantes, organizaciones sociales, sindicales, trabajadores y partidos políticos de diferentes espectros ideológicos. La defensa de la educación pública emerge como un pilar fundamental, capaz de imaginar un futuro viable, sustentado en el desarrollo científico, la inclusión y el ascenso social. Así, la chispa de la movilización estudiantil no solo mantiene viva la memoria y la lucha de quienes protagonizaron el Cordobazo en 1969, la Noche de los Bastones Largos en 1966, la Noche de los Lápices en 1976, entre otros, sino que también actúa como un faro de esperanza y resistencia en tiempos inciertos, recordándonos que la lucha por una educación de calidad es una batalla que trasciende intereses individuales y que, en última instancia, define el destino de una sociedad.

“Universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode” es uno de los cánticos que más se escucha entre estudiantes, acompañado de aplausos, bocinas de autos, motos y colectivos que transitan a los alrededores de la ciudad, mientras de fondo suenan bombos y trompetas de militantes que hacen eco de un dia inolvidable. Profesores, trabajadores, investigadores, profesionales, jubilados, vecinos y ciudadanos autoconvocados se abrazan en una misma lucha, unidos en la esperanza de un único horizonte a futuro posible pese al contexto económico actual, presentan un serio traspié al gobierno.

La marcha federal universitaria logró generar un hecho político poco usual en la coyuntura actual: la transversalidad de un reclamo. Según datos de Diario La Nación, en la Ciudad de Buenos Aires, cerca de 270.000 personas se concentraron el miércoles 2 de octubre en contra del veto a la Ley de Financiamiento Educativo, mientras que otros datos estimativos de Portales de Prensa de las ciudades e informes realizados por las directrices de las casas de estudio, en las principales Universidades Nacionales los números en el interior del país parecieron representar algo similar. En Universidad Nacional de Córdoba (UNC) aseguraron que la movilización reunió 110 mil personas, en la Universidad Nacional de Mar Del Plata (UNMdP), sin datos certeros, pero sí gráficos, se generó una columna de movilización con una extensión de 16 cuadras. En la Universidad Nacional de Rosario (UNR) la convocatoria reunió alrededor de 100.000 personas en el centro de la ciudad, mientras que en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, UNCuyo), cerca de 30.000 personas se movilizaron en defensa de la educación pública. Córdoba, por ejemplo, un distrito del interior con una fuerte tradición histórica universitaria, donde Javier Milei se impuso con amplia ventaja en la segunda vuelta electoral, también mostró una amplia convocatoria marcando un punto y un límite al Gobierno Nacional, incluso por parte de su propio electorado.

Tras la movilización, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos afirmó que hubo una caída en la imagen pública de Milei y aseguró: “no le preocupa perder puntos”, ratificando el veto a la Ley de financiamiento por parte del Gobierno Nacional. Por otra parte, según el último informe correspondiente al mes de octubre de Monitor GEO, una think thank que analiza dimensiones esenciales de la realidad socioeconómica Argentina, llegó a la misma conclusión que Francos, el deterioro de la imagen pública del Presidente.

Fuente monitor Geo 262 - GEO estudio y opinión

Según los datos del gráfico, el promedio de la imagen presidencial positiva en septiembre es de 46,51%, al observar la tendencia total, se aprecia un desenso respecto del inicio de la gestión, donde con variaciones y tendencias cercanas, llegaba al 50% o un poco más. Destaca el informe: “Entre los motivos de este deterioro de la imagen presidencial en el último mes, distintos analistas coinciden que está el veto total a la ley que otorgaba un aumento a las jubilaciones. En ese sentido, resultó de público desagrado la invitación a Olivos a los “héroes del equilibrio fiscal” que ratificaron el veto. También se suma el anuncio del veto a la ley de Financiamiento Universitario, el aumento de las tarifas y el malestar por la situación económica."

La resistencia se sostiene porque "este pueblo no cambia de idea, pelea y pelea por la educación". Quienes luchan, resisten y defienden un emblema y legado histórico lo hacen en torno a una causa transversal que une generaciones, abraza espacios de diversas orientaciones ideológicas, convoca a ciudadanos que nunca antes habían participado en una marcha y pondera a lo colectivo como única salida posible frente al discurso individualista. Aunque el presidente confíe en las fuerzas del cielo, en este país, como ya demostró el "que se vayan todos" en 2001, no se puede gobernar sin las fuerzas del pueblo.

Con la colaboración de Valentina Martinez (Estudiante Avanzada Lic. Ciencia Política UBA)